“Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen. Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía.”
Colosenses 1:17-18
Pastor principal
La máxima autoridad sobre la Iglesia Universal y la iglesia local es Jesús, el Pastor Principal. Él dirige soberanamente los asuntos de su iglesia y se preocupa por su gente. Él es el jefe de la iglesia (Efe 1:9), el apóstol que planta la iglesia (Heb 3:1) y el pastor principal que gobierna la iglesia (1 Pedro 2:25). Jesús también es el que cierra las iglesias cuando se vuelven infieles o estériles (Apoc 2:5). Cualquier autoridad que posean los ancianos, diáconos o miembros de la iglesia es la autoridad de Jesús que amablemente ha elegido compartir con ellos.
Antonio Díaz
Pastor principal
Qué es el Evangelio
I
El evangelio son las buenas nuevas de Jesucristo y todo lo que Él hizo en su vida, muerte, resurrección y ascensión para hacer posible la salvación para la humanidad. Por lo tanto, el evangelio no es una acción o un logro humano sino más bien un logro divino, objetivo e histórico que permanece veraz e inmutable a pesar de la opinión o respuesta humana. El evangelio constituye el mensaje central de la Biblia, la cual en todas sus partes da testimonio de los actos salvíficos de Dios culminando en la persona y obra de Cristo. Estas buenas nuevas son el poder de Dios para salvación a todos los que creen, proveyendo esperanza para los perdidos y consuelo y fortaleza constantes para el creyente. No hay salvación sin Cristo Jesús, porque no hay otro nombre dado bajo el cielo por el cual podamos ser salvos.
II
Dios manda que el evangelio sea proclamado a todas las personas en todo lugar, pero todas las personas están espiritualmente muertas y son incapaces de responder a estas nuevas de salvación. Por lo tanto, Dios por su gracia llama eficazmente a sí mismo a aquellos que Él eligió salvar en Cristo. A través de la proclamación del evangelio, el Espíritu Santo regenera a los elegidos y los trae a una unión viva con Cristo, otorgándoles vida espiritual nueva, abriéndoles sus ojos para que vean la gloria de Dios en Cristo, y capacitándolos para responder al evangelio en fe y arrepentimiento. Con una mente y un corazón renovados, nosotros recibimos a Cristo y confiamos totalmente en Él para salvación, volviéndonos de nuestro estilo de vida pecaminoso y egoísta para amar y seguir a Cristo en obediencia gozosa.
III
Sólo aquellos que responden al evangelio de esta manera serán salvos, aunque aún esta respuesta es un don de la gracia y misericordia de Dios, lo cual asegura que sólo Él reciba la gloria por nuestra salvación.